jueves, 16 de diciembre de 2021

Reflexión

Hace poco una persona me dijo: "¡Qué difícil que es darle regalos a usted!", y lo dijo en tono como que yo acepto todos los regalos que me dan.

Claro que algunas veces he pensado en eso y me di cuenta que no se trata de que a mí me pueden regalar cualquier cosa y me contento con ello. Aprendí en la vida que no importa el valor de lo que te regalen, se trata del esfuerzo y empeño que hace la otra persona por darte algo. 

Hasta llegar a ese punto de tener algo para darte, la otra persona primero piensa en ti. Y de igual manera si es un regalo rápido, la otra persona se toma 5 minutos para seleccionar un regalo.

Yo acepto de buena manera el regalo que me hagan, no les voy a mentir. No todos los regalos me agradan, y tampoco me siento una hipócrita por aceptarlos. Muchas veces hasta los reciclo. Es decir regalo a otra persona ese obsequio.

La diferencia está en que todos los regalos los acepto de buena manera porque no quiero hacer sentir mal a la otra persona.

Lastimosamente en estas fechas la mayoría de las personas han dejado de darle el verdadero valor a la Navidad y se fijan en lo material. Si no me crees, haz la prueba, dales un gran abrazo a tus familiares y diles que los extrañaste. Vas a ver la reacción.